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30 ~ El sistema de castas, los Intocables y lo crudo de la realidad.




El término “Intocable” me había chocado mucho desde que lo había escuchado por primera vez, pero fue muchísimo tiempo después de haber llegado a India que pude entenderlo y dimensionarlo: Intocables, no pueden ser tocados. Ni siquiera su sombra podía tocar los cuerpos de las castas superiores. Solían llevar una escoba atada en su espalda, para borrar sus propias huellas y que nadie siquiera camine por sus mismos pasos… Si… Yo tampoco podía creer lo que estaba escuchando. La pregunta que atraviesa miles de años de historia y las brutalidades sistemáticas más crueles en todos los países y religiones: ¿Como se pudo y se puede ser tan desalmado y cruel en nombre de Dios?

La otra cara de India. Parte 2.

Tuve la fortuna de conocer y compartir con muchos indios, de distintos lugares y esferas sociales. En esas experiencias pude apreciar la forma en que viven. Su mood y esa manera paralela de vivir, esa en la cual ellos- o muchos de ellos- no corren detrás de las ganancias materiales, el furor por la productividad y el “crecimiento” en los mismos términos que nosotros lo vemos. Siento que los que pueden, claro, cuidan de su tiempo. Conservan sus momentos de ocio, sus pequeños y valiosos momentos de paz con aires de relax y despreocupación, riéndose en la cara de nuestro ritmo veloz y nuestro apuro constante para ir a donde ni siquiera sabemos que vamos.  Esos momentos,  los simples de la vida.

Una filosofía del dolce far niente italiano pero con estilo propio, que sería algo como: Go with the flow, no stress y Shanti, shanti (Que todo fluya, calma y tranquilo) Y así su ideología, su paciencia y sus movimientos suelen ser muy relajados, siempre hay espacio para un Chai y paciencia para esperar sus tiempos, lo que paradojicamente no se traduce al manejo de las calles ni a algunas conductas sociales.

You have to think less- me decía siempre Robin, mi amigo Indio de Dharamkot- Piensas mucho. You have to think less, you will be more happy… y cada vez que me volvía a ver me preguntaba lo mismo: ¿Estás pensando mucho de nuevo? Y así, funcionaba como un ayuda memoria para mi paz mental. La respuesta realista era casi siempre –“Si, claro, estoy pensando mucho de nuevo, no puedo evitarlo”, así que yo siempre le contestaba que “No” con cara de sorpresa y superación, pero él siempre tenía razón.

A veces podía sentir que con sus buenas dosis de comida india picante, con sus infaltables chai, sus venerados dioses, sus rituales y sus templos “pareciera”, por lo menos por fuera, que era suficiente. Pareciera que el dinero les pasa un poco por al lado, y eso puedes verlo,  en su manera de ser, en su manera de dar, en su manera de recibir- y de no recibir también. Se siente y por suerte, también se contagia y nos hace replantear algunas cosas. ¿Será por eso que cuando venís una vez a India siempre volvés? Como al primer amor…



Ya dentro de las esferas religiosas, los Sadhus, los practicantes espirituales hindúes, adoptan una vida de renuncia y austeridad  eligiendo vivir de esa manera. Muchos eligen vivir en las calles o en los templos a través de las ofrendas de la gente, dedicando su vida al cumplimiento de sus prácticas, con sus túnicas naranjas crepúsculo, su lunchera metálica y algunas pertenencias. Los templos y los ashram locales brindan soporte a quienes cultivan su mundo espiritual, ofreciendo comida y necesidades básicas a quienes acuden a ellos. “Pareciera” que cada uno se la rebusca a su manera. En Rishikesh vi una mujer que le faltan ambas manos y así y todo, es una artista. Pinta cuadros con sus pies. Sí como lo oíste, agarra los pinceles entres sus dedos, y no solo eso, pinta un mundo donde te muestra que todo es posible. Te dice sin hablar que nos quejamos de lleno, pero ella en vez de quejarse se transforma. Te muestra lo creerías imposible. Eso también es India.

Todo es posible para el que cree”, dice la Biblia. Si tenes la fortuna de creer… Algunos encuentran soluciones. Otros, con sus cuerpos también mutilados a los costados de los caminos te muestran que no hay soluciones para todo, que no todos tienen acceso a ellas y que quizás las soluciones que les quedan están en otro lado. No todos tienen los mismos derechos.



Como si esto fuera poco, entre la situación económica y la religiosa- o producto de las dos- se entremezcla un sistema de castas particular y ahí vamos acrecentando la complejidad de un sistema social estático y arcaico basado en la leyenda de unos principios religiosos. Un mundo subterráneo a simple vista para los foreigners, pero que sorprendentemente, aún hoy en día siguen actuando en muchísimos espacios. Y es acá cuando nos metemos un poco más adentro de su cultura y podemos empezar a percibir las diferencias sociales y la inequidad de derechos que al principio eran algo invisible. Aquí es cuando los “pareciera” se nos empiezan a cuestionar y las diferencias empiezan a notarse respecto de lo que cada individuo puede hacer y lo que no. Un amigo indio me explicó un poco sobre el sistema de castas, cosa que no es un tema tan fácil de profundizar con todos acá. Aún sigue siendo un tema muy controversial y conservador que despierta respuestas de todo tipo. Él me contó que este sistema tuvo su origen hace muchísimos años, casi 1500 años antes de Cristo. El sistema de castas se menciona en los Vedas, los textos más antiguos que conforman la base de la religión hinduísta y luego se formalizaron por escrito en el Manusmriti, uno de los libros sagrados más importantes de la cultura hindú.

En este escrito aparece el mito de la creación, donde se relata que la población hindú surge del cuerpo del Dios Primordial llamado Purusha, la divinidad original, única y omnipresente que lo conforma todo. 

De su cuerpo surgen las distintas castas: de la cabeza de Purusha surgen los Brahmanes, los maestros e intelectuales que conforman la pirámide de la jerarquía social. De los brazos del Dios provienen los Kshatriyas, los guerreros y gobernantes. De sus piernas, provienen los Vaishyas, los comerciantes y de sus pies los Shudras, quienes se dedicaban a los trabajos serviles.

Afuera del sistema de castas- y afuera de la sociedad también- están los Dalits o los llamados Intocables. Ellos no pertenecen a ninguna casta, más bien esta clasificación incluye a todos aquellos que quedan por fuera de ellas. El término en hindi significa “roto“- y mientras escribo esto a mi corazón se le cae una lágrima.- Son los parias, los marginados, los excluidos y quienes en nombre de este sistema han sufrido “justificadas” y constantes violaciones a los derechos humanos. Asesinatos y masacres basados de una supuesta “disposición social”- si esta combinación de palabras juntas tuviera algún sentido-. Se los ha excluido de la sociedad, teniendo que ellos mismos conformar sus propios templos y sus propias comunidades ya que no podían mezclarse con las demás castas. Por supuesto, ni hablar que tampoco podían casarse con una casta diferente, entonces el destino total de su vida estaba completamente determinado. Estático. La posibilidad de transformación no existía, como en el resto de todas las castas, pero en este caso la desolación era extrema. Estaban condenados.

El sistema de castas como tal fue abolido unos 70 años atrás por la Constitución India propulsada por las ideas de Mahatma Gandhi en el año 1950. En ella se pretendía terminar con esta situación de discriminación e inequidad, buscando garantizar la igualdad de derechos y eliminando la violación de los derechos humanos infligidos a los aberrantemente llamados Intocables. La verdad es que si bien en muchos sectores, producto de las luchas sociales la situación ha cambiado para muchos, para otros miles, en los sectores y pueblos vastos más tradicionalistas aún se conserva. Las ideologías, las prácticas, las costumbres y sus configuraciones mentales instaladas es como siempre lo más difícil de conmover.

En muchos pueblos rurales religiosos de eruditos, maestros y Brahmanes (sacerdotes) paradójicamente (?), estos principios rígidos y nefastos aún se mantienen. Las castas superiores aún congregan el monopolio de los privilegios, profundizando un sistema desigual, de exclusión de derechos y discriminación social, a mis ojos, violento y desalmado. Las paradojas de la religión y cómo se instala profundamente en la conciencia social parece que no es una excepción en India ni en ninguna parte del mundo.

En muchas ciudades muchos de ellos comenzaron a llamarse solo por el nombre, intentando borrar así la huella de un apellido que los etiqueta y lo inmoviliza en sus condiciones y no condiciones.  El estado de Bihar en particular fue una de las ciudades donde surgió este movimiento. Imagino que por sus condiciones humildes, su pertenencia mayoritaria a las castas más bajas y la necesidad imperiosa de remedio y olvido.



El término intocable me había chocado mucho desde que lo había escuchado por primera vez, pero fue hablando con Rameez muchísimo tiempo después de haber llegado a India que pude entenderlo y fundamentalmente dimensionarlo: Intocables, no pueden ser tocados. -Ni siquiera su sombra podía tocar los cuerpos de las castas superiores, por eso los llamaron “Intocables”. Mucho tiempo atrás en muchos lugares solían llevar una escoba atada en su espalda, para borrar sus propias huellas y que nadie siquiera camine por sus mismos pasos… Si, lo que lees… Yo tampoco podía creer lo que estaba escuchando. Me quedé con la boca abierta un rato largo tratando de entender lo inentendible, tratando de dimensionar semejante atrocidad. Simplemente me pareció abominable. Ni siquiera podían acercarse a las otras castas. Su trabajo era trabajar con los excrementos – literal-. Sólo tenían permitido juntar los desechos de los animales y eso era lo único que podían hacer. Simplemente no tenían permitido trabajar en otra cosa.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo. Todavía me lo recorre cada vez que lo pienso.

La pregunta que atraviesa miles de años de historia y las brutalidades sistemáticas más crueles:

¿Como se pudo y se puede ser tan desalmado y cruel en nombre de “Dios”?

En las grandes ciudades las cosas han cambiado. En otros pueblos, recónditas casitas humildes de India, parte de esas atrocidades seguramente se siguen manteniendo.

Cuanto nos equivocamos los seres humanos… Roto como el termino lo indica es como debería quedar una comunidad después de tan tremenda inconsciencia.



NOTA DE AUTOR Como mencioné antes, estas líneas son una intención de pensar juntos un tema muy complejo. Es una aproximación vivencial a un tema controversial muy amplio y muy difícil de tratar y de entender. India es enorme y hay miles de realidades distintas conviviendo juntas, donde todo se entremezcla. Esto es solo un esbozo para permitirnos pensar y abrir interrogantes. Si te interesa el tema comparto un libro que me han recomendado : “ Annihilation of Caste”( Aniquilación de la casta) de B.R. Ambedkar.


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