
«Repetidamente se nos habla de transmigrar, de que nuestro espíritu va de un cuerpo a otro en innumerables vidas, buscando experiencias por medio de las cuales lograr la perfección. Un solo día de colegio, un solo año, no nos hace eruditos. Hay que asistir durante innumerables días a la escuela de aprender, antes de finalizar los estudios...El cuerpo físico, así, pierde importancia. Es solo “un guardapolvo de aprender”, un delantal de colegial que cuando se gasta puede sustituirse por otro para seguir asistiendo a la Escuela-Vida » Introducción al Bhagavad Gita de Ada Albrecht
“Guardapolvo de aprender”… Que hermosura, ¿no?
¿Podes sentir el amor de esta frase? ¿No es como una caricia al alma?
La muerte como dicen los tibetanos es un concepto que hace que la vida adquiera otro significado. Le da otro valor, otra profundidad y otra importancia. Una gran oportunidad para hacerla valer, sabiendo que es finita, pero a la vez eterna. Que solo hay una, pero a la vez hay muchas… ¿Qué paradójico no? Finita pero eterna. Finito el cuerpo, eterna el alma. El envase de hoy tiene vencimiento, pero la energía se va transformando, mutando de cuerpo en cuerpo hasta que aprendamos lo que tenemos que aprender. La gran escuela, como dice la Bhagavad Gita.
Entonces al final, es la muerte la que nos enseña todo.
Primero a valorar la vida. A darle sentido, importancia, porque básicamente se acaba y podría ser pronto. Porque podríamos morirnos mañana, porque los seres que queremos podrían morirse mañana y porque todos esos proyectos que nos consumen, que planeamos metódica y milimétricamente podrían terminar antes de que los finalicemos, quitándonos el presente, el día a día, que al final es lo único que de verdad tenemos.
“La vida que pasa mientras hacemos planes”, dijo Lennon.
Y ahí, justo ahí cuando queremos aferrarnos al presente, al cuerpo, a lo placentero, a lo único que tenemos, al hoy como si no hubiese un mañana; en cuanto queremos llorar a todos los que se van, o a todo lo que no pudo ser, viene la muerte también para recordarnos que no somos solo cuerpo, que no somos solo hoy, que no es solo “esto”… Que hay más. Que en realidad somos un alma, que encarna y reencarna innumerables veces, que tiene más posibilidades que las que tenemos en esta vida, que de hecho, tiene posibilidades infinitas. Porque esa alma es eterna, porque es un GRAN viaje, porque la vida real al final no termina acá. Se continúa hasta que nos graduemos en la Escuela de Aprender… La muerte nos muestra la puerta hacia el infinito, el portal del perdón y las segundas oportunidades.
Entonces la muerte también nos da esperanza. “No sucedió ahora, pero quizás en otra vida…”

________________
En el día de ayer murió mi gato. Un gato que no era solo un gato, era mi compañero, una familia y la sensación de hogar. Era mi padre y sus recuerdos. Momentos felices y también las angustias atravesadas juntos cuando el viejo se fue. Éramos dos hijos, entonces se fue mi hermano. No pude despedirme de él ni verlo despedirse del mundo y eso lo puso más difícil. Ese día me fui a la montaña, lloré mucho y en una noche de luna llena lo deje ir en paz junto con mi viejo.
-No lo retengas- me dijo un amigo hindú mientras yo lloraba por todo el pueblo de Dharamkot-. Estás en India, ¡acá celebramos la muerte! Su alma evolucionó, se fue a un mejor plano para seguir aprendiendo. Es lo mejor que le podría haber pasado, despedilo con alegría. Tendrías que ponerte contenta por él, su alma avanzó.
Y sí… pero siempre estamos pensando en nosotros mismos, que no lloramos por ellos solamente sino por nuestro propio egoísmo de dejarlos ir sin nosotros y el dolor de la separación.
Subí a la terraza, agarré una guitarra y le canté al cielo, intentando que se parezca a una celebración lo más posible. Ahora lo veo en cada animal, en cada escarabajo que saco de la humedad del baño, en cada araña gigante que salvo de mi cuarto en el bosque con mis propias manos. Ahora puedo ver a mi Chali en todos lados, en cada animalito que se me acerca… Al final es verdad, la energía no se acaba , solo se transforma ♥

Comments